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Crónica de la presentación del libro “Rusia es culpable”, de Pedro Costa Morata, en el Círculo Pacense de Badajoz, 18 de enero de 2024. [Opinión]

Los comienzos nunca son fáciles pero si de entrada cuentas con un título intencionadamente provocador entonces la falta de facilidad se convierte en graciosa polémica. Pegando carteles que anunciaban el acto que se cuenta en estas líneas se acercó un señor a preguntar que de qué iba la cosa. “¿Rusia es culpable?”, pregunta él. Bueno, es importante el subtítulo, el libro que se presenta realmente trata de la manipulación que padecemos actualmente, se le responde. El hombre se guarda la bronca que tenía dispuesta y afirma que asistirá y que a ver si se desmontan esas mentiras, que se acuerda de los niños españoles de la guerra que acogieron en Rusia y no entiende cómo la gente olvida tan rápido. Pues le va a gustar la presentación, señor. Y así fue.

Presentación del libro «Rusia es culpable!» por su autor: Pedro Costa Morata.

Pedro escribe artículos con frecuencia y en ellos vierte la sabiduría y la retranca irónica del que solo pide que no se rían de él

Pedro Costa Morata, nacido en Águilas (Murcia) en 1947, es ingeniero, sociólogo, periodista y politólogo. También es ecologista (pero ese título no es expedido por ninguna universidad, y menos mal) más que convencido, convincente. Bien conocido en nuestra tierra y conocedor de la misma. Ya participó en la famosa obra, aunque debiera serlo más, “Extremadura saqueada”. Su libro “Nuclearizar España” recoge el plan para traer un nuevo tipo de energía mejor y más eficiente que sustituiría a todas las demás (spoiler: siempre sale mal, da igual la fuente de energía si el uso de la misma es derrochador e irracional), que se publicó en 1976. Tras una reedición en 2001 él mismo se dio cuenta de hasta dónde estaba acertado. Y es que si conoces bien un sector y te preparas adecuadamente para realizarle una crítica marxista, dialéctica, histórica…ese sector se enfrenta a su más peligroso enemigo. Su pasión es la geografía y lo demuestra con la síntesis que realiza de sus conocimientos de fronteras, historia y política. Se niega  a analizar por separado cualquier cosa y la engloba en la realidad humana, que se conforma como una matriz o un reactor donde se relaciona toda experiencia: contexto, antecedentes, detalles, generalidades, particularidades, etc. Que le fuera otorgado el Premio Nacional de Medio Ambiente en 1998, el año que Saramago recibiera el Nobel de Literatura, es una coincidencia que nos muestra que a veces los supuestos nadies sí consiguen ser alguien y, ¡oh sorpresa!, reciben alguna medalla que otra. A veces la más codiciada, pesada y brillante, cada uno en su campo. Pedro escribe artículos con frecuencia y en ellos vierte la sabiduría y la retranca irónica del que solo pide que no se rían de él. Que si quieren secar Doñana vale, pero no en nombre de ningún progreso, que los campos de golf y los regadíos ultra intensivos algo tienen que ver; que si quieren coger a la Extremadura conocida por sus jamones y sus tomates para intentar que sea una potencia petrolífera, pues algo habrá que decir al respecto… O si defienden la energía nuclear porque es la que “más energía da”, pues va a ser que no, por ahí no pasa. En verdad el chiste casi se desmonta solo, pero hace falta gente como Pedro que te muestre la verdad en la cara, en su tono y timbre justo. Y si no entiendes esa verdad en concreto tiene otro puñado preparado siempre en la recámara. Contar con él, en este caso en Badajoz y en el Círculo Pacense (antiguo centro obrero), alcanza matices de justicia divina. La cual sabemos que no existe (o no se muestra).

Cuando presenta su libro se permite una introducción que cualquier buen profesor o maestro haría para hablar de un tema concreto.

Pedro Costa Morata junto a Miguel Escobar, promotor y presentador del acto

Lo ubica en tiempo y espacio, lo dota de causalidad y empieza a verter sobre todo ello los matices y explicaciones de quien sabe que reflexiona sobre algo a contracorriente. Casi nadie quiere meterse a teorizar desde su punto de vista, que requiere mucho trabajo de preparación, y sin embargo, se puede resumir en que igual esto no va de que el señor Putin se levantó una mañana y dijo: “venga, a por Ucrania”.

En contra de ese simplismo se encuentra la historia siempre tozuda y repetitiva. Se ha producido un giro histórico que hace que Alemania esté en el primer cuarto del siglo XXI con sus campesinos sublevados en contraste con el empeño suicida y loco de comprar el gas a EEUU y no a Rusia. Destaca aquí Pedro la importancia de los líderes. Scholz comparado con Merkel es un simple retrato. Y la propia UE se empeña en marcar a Rusia como enemigo y a EEUU como aliado, pagando el precio que supone. Aunque la realidad marque que en 2023 España compró más gas ruso que nunca: no dejes que la realidad fastidie un buen relato, como dice cualquier liberal de tres al cuarto. Aunque en honor a la verdad hay que reconocer aquí una torpeza histórica, geográfica, política y social al gobierno de Pedro Sánchez, como todos los gobiernos españoles anteriores sin atisbo de oposición. Esto es seguir adorando a la monarquía de Marruecos como si le debieras demasiado dinero. Eso te enemista con Argelia y pagas las consecuencias. Y eso es otra cosa y otro tema, que también tiene su explicación.

En estas aguas se mueve Pedro como pez en el charco y despliega su saber acumulado y por acumular.

Parte del coloquio posterior a la charla en el que se abordaron cuestiones sobre geopolítica

El coloquio posterior versó sobre temas bastante complejos. Desde el señor que conoció el acto por la pegada de carteles a otros que, definiéndose como “bien pensados y optimistas” preguntan por cómo ha de ser el alto el fuego que pare esta guerra, cómo serían las negociaciones dispuestas a detener esta guerra. Se habló también de la revisión histórica y necesaria de ciertos hitos de la URSS que han influido directamente en la configuración social y política de las ya exrepúblicas soviéticas y socialistas. Se preguntó hasta por Transnistria, y aquí viene la confesión del cronista que pensó que era otro capítulo más de las aventuras de Astérix y resultó que no, que es una independencia estatal minoritaria entre el río Dniéster y la frontera oriental de Moldavia con Ucrania. Al nivel del escritor estuvieron las preguntas y al aprendizaje del público sirvieron las respuestas.

Una vez finalizado el acto sólo queda señalar unas pequeñas conclusiones. Para hacer tejido social se debe realizar una crítica fundamentada pero, sobre todo, sincera y sin complejos de cualquier tema a tratar. Es así como el ecologismo más marxista y científico ha podido echar por tierra proyectos lunáticos como una refinería en Extremadura, otra central nuclear más en la misma tierra, conseguirá echar para atrás un macro vertedero en Salvatierra o una mina a cielo abierto en Cáceres. Porque ese progreso que nos venden, siempre bajo el calor del sistema capitalista, es falso, inseguro, injusto y absolutamente especulador y, por tanto, de nuevo falso. Porque apelando a los sentimientos de conservación de cultura y tradición de apoyo mutuo se consiguen enlaces sociales fuertes. Porque, si no despertamos ahora, nos dejarán dormidos para siempre, que es como siempre nos han querido y nos querrán.

De izquierda a derecha: Miguel Escobar, Adrián Rodríguez, Pedro Costa Morata y Diego Muñoz

Miguel Escobar Asunción

Miguel Escobar Asunción es docente, Secretario de Organización de IU Badajoz, responsable del área instucional, miembro de la Comisión Colegiada y de la Coordinadora Regional de IU Extremadura

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