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Extremadura se levanta en Navalmoral de la Mata contra la complicidad armamentística en el genocidio palestino

Cientos de manifestantes exigen el fin de la colaboración con el Estado terrorista de Israel frente a la fábrica de armas Rheinmetall, cómplice en las masacres de Gaza.

La mañana del domingo, Extremadura mostró su rechazo rotundo a la participación española en el genocidio palestino perpetrado por Israel. Cientos de personas, llegadas desde diversos puntos de la región, marcharon sin incidentes hasta la fábrica de armas Rheinmetall en Navalmoral de la Mata, denunciando la implicación directa de esta empresa en el derramamiento de sangre en Gaza y otras partes del mundo árabe. Esta movilización, convocada por Extremadura con Palestina y respaldada por IU Extremadura junto a una multitud de colectivos, expuso con claridad el papel que juega la industria armamentística en el sostenimiento del régimen sionista y su maquinaria de muerte.

La marcha partió de la Plaza del Jardincillo a las 11:00 horas, recorriendo los tres kilómetros que separan el centro de la ciudad de las instalaciones de Rheinmetall, una multinacional alemana que, con la colaboración de empresas israelíes como Elbit Systems, desarrolla sistemas de misiles probados en los bombardeos indiscriminados sobre Gaza. La fábrica de Navalmoral es una de las dos plantas de la empresa en la región, junto con otra ubicada en El Gordo, Cáceres. Según varias fuentes, sus productos ya han sido utilizados para aniquilar vidas civiles en el asedio a Gaza, una evidencia más de la alianza entre los intereses imperialistas de Europa y Estados Unidos y el proyecto de exterminio palestino.

A lo largo del recorrido, las consignas de los manifestantes resonaron con fuerza: «Israel asesina, España patrocina», «Stop genocidio del pueblo palestino», «Eran hospitales y «Boicot a Israel» se corearon sin descanso, mientras centenares de banderas palestinas ondeaban como símbolo de resistencia. Las pancartas y carteles exigían, de forma tajante, el fin de cualquier complicidad con el régimen sionista.

El respaldo de diversos colectivos, como Ecologistas en Acción, Colectivos en Lucha de Extremadura, y centros sociales ocupados como La Algarroba de Badajoz o La Muela de Cáceres, demostró la fuerza del movimiento popular en la región. Asimismo, la presencia de banderas sindicales de CGT y CNT dejó claro que esta lucha va más allá de una mera denuncia simbólica: es un clamor para desmantelar la colaboración entre Extremadura y el aparato de terror israelí. Diputadas de Unidas por Extremadura, como Irene de Miguel, Joaquín Macías y Nerea Fernández, también participaron, reafirmando la necesidad de cortar cualquier lazo con la industria de guerra israelí. En palabras de Irene de Miguel: «Israel, con la connivencia de Europa y Estados Unidos, comete un genocidio impune, y no podemos permitir que Extremadura contribuya a la fabricación de armas que solo generan más muerte y devastación».

El diputado Joaquín Macías fue más directo en su intervención: «Estamos aquí para exigir el fin de toda colaboración con el Estado terrorista de Israel, un estado que masacra sin piedad a Gaza, Cisjordania y más allá. Extremadura no puede ser cómplice de este crimen contra la humanidad».

La manifestación concluyó con un simbólico acto de resistencia: los manifestantes se tumbaron en el suelo, simulando las víctimas de los bombardeos, mientras se representaba el impacto de un ataque aéreo frente a las puertas de la fábrica. Con una tenue pero vigilante presencia de la Guardia Civil, el evento finalizó con la lectura de un manifiesto que señalaba sin tapujos la complicidad de Occidente en la barbarie: «Mientras el mundo occidental finge abogar por la paz, sigue alimentando el aparato de terror israelí a través de donaciones, acuerdos y contratos. La prueba está aquí mismo: esta fábrica que tenemos delante mantiene relaciones directas con Israel, y nuestro propio Ministerio de Defensa financia sus armas de destrucción masiva». Además, se denunció el uso de municiones de Rheinmetall contra instalaciones civiles en Gaza y Líbano, en una clara muestra del desprecio de esta industria hacia la vida humana.

«Ya no es posible mirar hacia otro lado. Las empresas que tienen sede aquí, en nuestra tierra, están directamente implicadas en las masacres de inocentes. Y esa realidad no la podemos ignorar» declaró José Luis Ybot, portavoz de los colectivos participantes, celebró la contundente respuesta popular, al diario El Salto Extremadura .

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