
La huelga de docentes desborda las previsiones en Mérida con una manifestación masiva que reclama a la Junta de Extremadura la homologación salarial de los docentes con el resto del Estado
Miles de docentes de toda Extremadura desbordaron las previsiones, con una movilización que ha marcado un antes y un después en la lucha por la dignidad educativa en nuestra región
MÉRIDA, 7 de octubre de 2025 — A las once en punto arrancó la manifestación docente desde la rotonda del Puente Lusitania, y durante más de dos horas las calles de Mérida se plagaron de pancartas, gritos y firmeza reivindicativa. Lo que muchos intentaron presentar como una convocatoria menor ha terminado siendo una marea humana. Miles de docentes de toda Extremadura desbordaron las previsiones, con una movilización que ha marcado un antes y un después en la lucha por la dignidad educativa en nuestra región.
Un clamor unánime por la dignidad salarial
Los sindicatos convocantes (PIDE, CSIF, ANPE, CCOO y UGT-SP) estiman que la huelga ha sido secundada por más del 80 % del profesorado extremeño, mientras que la Consejería de Educación, en su intento por restar importancia a la lucha del colectivo por sus derechos, rebaja esa cifra hasta el 42,6 %. Estas discrepancias no sorprenden: ya es costumbre que el Ejecutivo minimice la fuerza real de la movilización. Lo que no pueden negar es que, con independencia de los porcentajes oficiales, la plaza de España quedó pequeña para contener la indignación colectiva.
Se escucharon proclamas contra el incumplimiento de las promesas de la consejera de educación, Mercedes Vaquera, pero también de indignación contra Guardiola:
«Homologación salarial, promesa electoral»
«Mercedes Vaquera, afloja la cartera»
«En Extremadura educar es barato»
«Docente, luchando, también está enseñando»
Esa indignación es justa y necesaria. No se trata de pedir privilegios, sino de exigir lo que por justicia les corresponde: ser equiparados con sus colegas de otras comunidades, para quienes no se pone excusa alguna a la hora de reconocer mejoras, mientras aquí se sigue escatimando mientras se rebajan impuestos a los que más tienen, el gobierno de Guardiola no considera importante la mejora de las condiciones del colectivo docente en nuestra región.

Crónica del recorrido y ambiente
La manifestación partió desde la rotonda del Puente Lusitania, transitó por la calle Almendralejo, Camilo José Cela y Félix Valverde Lillo, para concluir en la Plaza de España. Desde todos los puntos de Extremadura llegaron delegaciones en coche y autobus repletas de maestros, maestras, profesores y profesoras. En cada cruce se multiplicaban los cánticos y las consignas de protesta coreadas al unísono. Familias, estudiantes, vecinos y vecinas se apostaban en las aceras y los balcones, para acompañar con aplausos a la columna de miles de docentes
Aunque la convocatoria fue pacífica y sin incidentes de relevancia —tal como han destacado los propios sindicatos y medios locales— el pulso que marcó la manifestación fue incuestionable. No era una marcha de protesta rutinaria, sino una expresión clara de que el profesorado, después de casi un año de reclamaciones y movilizaciones, ha dicho “basta”.
Izquierda Unida estuvo presente en la histórica manifestación con voz propia

Izquierda Unida estuve presente en la manifestación con voz propia, Nerea Fernández Cordero, coordinadora de IU Extremadura, apeló a seguir luchando para conseguir la homologación salarial porque: «Es la mejor muestra de cohesión territorial, equiparar los derechos de los docentes extremeños con los del resto del Estado». Joaquín Macías, diputado de IU por Unidas por Extremadura en la Asamblea, insistió en que la Junta de Extremadura gobernada por el PP ha incumplido sus promesas: «Seguiremos exigiendo la homologación salarial desde Unidas por Extremadura en la Asamblea». Por otro lado, Roberto González Galván, de la red de Educación de IU Extremadura, sumó a la petición general de homologación salaria, la exigencia de bajada de ratios en las aulas para: «cuidar el futuro de nuestros niños y niñas, que son lo más valioso que tenemos y el futuro de nuestra región».
El reto que enfrenta la Junta
La Junta de Extremadura afronta un dilema. Ha ofrecido recientemente un aumento de 80 euros mensuales, que los sindicatos han tachado de insuficiente, pues incumple la homologación y no reduce la brecha salarial acumulada. Mientras, amenazaba con que los servicios mínimos son de obligado cumplimiento y han sido negociados con los sindicatos, intenta ocultar su falta de capacidad negociadora, pues la falta de acuerdo lleva estancada desde hace meses. A la vez que el ejecutivo que dirije guardiola presume de que las cuentas de la Comunidad disfrutan de holgura fiscal (más de 90 millones de euros en “ahorros fiscales”, según denuncian desde los sindicatos). De no haber rectificación, Extremadura corre el riesgo de consolidarse como la comunidad con peores condiciones laborales para sus docentes a partir del 1 de enero de 2026.

Las próximas semanas serán decisivas. Si la consejera, Mercedes Vaquera, y los responsables del Ejecutivo autonómico persisten en su negativa a unas mejoras que son justas e irrenunciables, los docentes —con el apoyo de la comunidad educativa— deben estar preparados para intensificar la movilización: paros escalonados, encierros, acciones locales, y cualquier forma de presión que recuerde que no se puede negociar con silencios ni con demoras injustificadas.
Cierre: una jornada para recordar
La huelga docente del 7 de octubre y su potente manifestación en Mérida han dejado una huella indeleble. Lo que comenzó como una protesta salarial ha adquirido carácter simbólico de resistencia colectiva. El profesorado extremeño ha demostrado que sabe organizarse, sabe movilizarse y sabe exigir. Nada ni nadie podrá acallar esta justa exigencia. Es una demanda y un aviso: la Junta debe homologar los salarios docentes de Extremadura con el resto del Estado, o enfrentarse a una lucha sostenida y firme. Los ojos del profesorado están puestos en las próximas decisiones del Gobierno autonómico.